RELATO DE IMPORTANTE VALOR HISTORICO

OCUPACION AMERICANA 1916 Y BARAHONA
Prof. Alejandro Paulino Ramos
Tomado de:http://historiadominicana.blogspot.com
 

(Seminario de Historia Local y Regional. Barahona, UASD-ACADEMIA DE HISTORIA DOMINICANA, 22 de febrero 2004).
Desde antes de la Ocupación militar americana de 1916, los intereses económicos de los norteamericanos se dejaban sentir en importantes sectores de la vida nacional, pero su presencia comenzó a ser determinante a partir de la ley sobre concesión de terrenos del Estado, la de división de terrenos comuneros (43), la ley de inscripción de la propiedad territorial (45), y la ley de franquicias agrarias de 1911.

Esta ultima, a la que recurrieron los inversionistas americanos cada vez que querían ensanchar sus propiedades, declaraba empresas agrícolas a todos los establecimientos que estaban o se iban a destinar al cultivo de la tierra, permitiéndoles a los capitalistas extranjeros operar libres del pago de derechos por un término no menor de ocho años.


La ley de concesionarios o franquicias agrícolas de 1911, permitía levantar factorías, construir carreteras, ferrocarriles, puentes, muelles, mejorar puertos y ríos, apropiarse de agua para irrigación, y construir canales, todo esto exonerado de impuestos de exportación por ocho años y sin que se pudieran modificar los impuestos vigentes durante veinte y cinco años. (M. Knight, pag.61). Las referidas leyes provocaron el deslinde de los terrenos comuneros, el despojo de los pequeños y medianos campesinos y el crecimiento de la propiedad en manos de los extranjeros por medios abusivos o ilícitos.

Por otro lado, en 1919 el gobierno americano promulgo la ley de registro de tierra, vinculada estrechamente con la de franquicia agraria; la nueva ley permitía la legalización de los títulos fraudulentos que se venían falsificando desde 1911 y adoptaba el sistema Torrens para el registro de tierra. De paso derogaba la de 1911 y creaba el Tribunal de Tierra. Barahona donde operaba el segundo central azucarero más importante del país, fue la zona de la región Sur más afectada por la voracidad de los azucareros norteamericanos.


BARAHONA

El Directorio de la Republica Dominicana de Enrique Deschamps, deja claramente establecido que Barahona era para 1906, un territorio donde se cultivaba en abundancia el café, sus terrenos eran fértiles y estaban cubiertos de selvas vírgenes de preciosas maderas de ebanistería, de construcción y de tinte; En Barahona y sus comunes se encontraban lagunas de agua dulce, y el lago Enriquillo. Para entonces Barahona tenia unos 4,500 habitantes.

La presencia voraz de las compañías extranjeras provocó cambios significativos en la forma de vida de la región, provocando la presencia de una inmigración importante, vinculada al Central Barahona y las compañías madereras que allí operaban. En 1918 Barahona tenía una población de 17,891 habitantes. Todavía en 1935, cuando se realizó el segundo censo nacional de la Republica Dominicana, la provincia con las comunes de Barahona, Cabral, Duvergé, Enriquillo y Neyba, tenía una población de 95,349 habitantes, de los cuales 19,225 eran extranjeros.

Los recursos naturales de Barahona más importantes eran sus ríos y costas, las tierras fértiles y los grandes bosques de madera preciosa. Los ríos principales de la provincia eran el Yaque del Sur, el Birán, Bahoruco, el Río de la Ciénega, Río del Estero salado y Ríosito. Además mojaban las tierras de Barahona el Arroyo Seco, Arroyo Feo, El Arroyito y el Arroyo Palomino, este ultimo de donde los norteamericanos, a través de tuberías, obtenían el agua que se utilizaba en el Central y la población.

Aunque la deforestación de Barahona se inició en 1916, en 1928 la Provincia Barahona todavía era rica en bosques de maderas preciosas, y poseía una importante producción de café, siendo el Ingenio Barahona, propiedad de la Barahona Sugar Company, el principal abastecedor y exportador de mercancía, dueños de la fabrica de hielo, y dueño de la panadería, mientras que la Barahona Wood Company seguía dedicada a la fabricación de roldanas. (Luis V. Peynado. Directorio Industrial y Comercial. Santo Domingo: 1928).

Para que se tenga una idea sobre el control de Central Barahona sobre la provincia, podemos destacar como en 1935, todavía los puentes principales de la común de Barahona y de Neyba eran de su propiedad, entre ellos el de Habanero, construido de hierro sobre el rió Yaque, el de La Bomba, en Palo Alto, y otro construido en hierro y que daba paso a los bateyes de la Barahona Company. (Vease a J.M. Incháustegui. La Republica Dominicana de Hoy, C.T.: Comospolita, s.f.).


LA PRESENCIA DE LAS COMPAÑIAS NORTEAMERICANAS

Durante la ocupación militar americana la situación de los territorios de Barahona, incluyendo su bahía, sus ríos, los bosques y las propiedades de los campesinos de la región se vieron afectados a partir del establecimiento del Central Barahona, así como por la presencia de varias compañías norteamericanas que tenían puestos sus ojos sobre los recursos naturales y económicos de la zona.
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En las provincias de Azua y Barahona se encontraban muy activas, durante la primera ocupación americana, la Compañía Maderera “Orme Mahgany Company”, la cual poseía medio millón de acres de tierras, la Habanero Lumber Company, la cual tenia su sede en la provincia de Azua, con medio millón de acres, de donde exportaba madera para fabricar lápices en los Estados Unidos. En Barahona estaban presentes la Compañía Enriquillo también con medio millón de acres y la Barahona Wood Producs Company, fabricantes de roldanas, traviesas, y la que además tenía el monopolio de la exportación de carbón vegetal.

La Compañía maderera Enriquillo, de acuerdo a Melvin Knight, al parecer no tenia sus cuentas muy claras en los Estados Unidos y su presidente lo fue J. H. Edwards, antiguo Delegado de la Receptoría de Aduanas de Santo Domingo, mientras que la Barahona Wood Products Company estaba administrada por un empleado del Gobierno Militar, y sus actividades estaban relacionadas con el corte de madera, especialmente Guayacán, madera con la que se construían las hélices de buques; los trozos más pequeños eran comercializados en el país. La destrucción de los bosques de Barahona, por esa compañía, desato, en 1926, una de las primeras controversias en la historia de la deforestación de la Republica dominicana y se le llegó a acusar de estar devastando los bosques de la región.. (Knight, pag.161)..

EL CENTRAL BARAHONA

El interés en fundar el Ingenio Barahona utilizando irrigación lo fue de un tal A. Hatton, quien había heredado el ingenio San Isidro y luego se declaró en bancarrota. Con el dinero que le quedó realizo estudios de mensuras en Barahona y dio los pasos para obtener concesiones sobre los terrenos, organizando en 1916 la Barahona Sugar Company, conforme a las leyes de Nueva York. Con ese fin se asoció a H. J. Pulliam, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Pulliam era además miembro de la West indian Finance Company y de una refinería llamada Western Sugar and Land Company, así como miembro del directorio de la Cuban Dominican Sugar Developement. Esta última suplía fondos al Central Barahona. (Knight, pag.141). Las actividades de la Barahona Company estaban financiadas además por el Nacional Banking Corporation. La Barahona Company poseía 49,354 acres de tierra en Barahona, en 1925.


EL CENTRAL BARAHONA Y SU CONTROL SOBRE EL AGUA

El 7 de agosto de 1920 The Barahona Company fue autorizada por el Gobierno Militar americano a tomar del arroyo “Palomino” hasta la cantidad de 142 litros de agua por segundo, con destino a usos domésticos e industriales y para construir una represa, canales, tuberías, planta eléctrica y otras indispensables para la distribución y uso de dichas aguas”

Mediante Orden Ejecutiva numero 763, el Gobierno Militar autorizo a suministrar mediante venta al Ayuntamiento de la ciudad de Barahona el agua que la población necesitaba para tomar y otras necesidades, así como vender el agua a los buques que tocaban el muelle de la ciudad.

Para que no queden dudas sobre esta abusiva medida del Gobierno Militar, vamos a leer el articulo 2 de la referida Orden Ejecutiva, que dice textualmente: “The Barahona Company, Inc., queda autorizada a vender al Ayuntamiento de la Común de Barahona, y el Ayuntamiento de la Común de Barahona queda autorizado a comprar, agua proveniente del arroyo “Palomino”, con destino a usos domésticos e industriales, bajo los precios, términos y otras condiciones que sean establecidos en Contrato de compra-venta, celebrado entre dicho Ayuntamiento y la referida Compañía”. (Orden Ejecutiva 763, en Gaceta Oficial 3336, del 25 de febrero de 1921). El contrato era por 30 años, tiempo en el que la población, para poder tomar agua y bañarse, tenia que comprarla al Central..

Este contrato de venta, que evidencia el abusivo control de la empresa extranjera de un recurso tan estratégico como lo es el agua, fue tocado por el gobierno del general Horacio Vásquez en 1926, porque las autoridades consideraban necesario controlar el destino del agua de los ríos con el fin de dedicar una parte de esa agua a los canales de riegos.

En las discusiones del Congreso se llego a plantear, en 1926, que la Orden Ejecutiva número 318 que favorecía a los ingenios azucareros con permiso de uso de agua, autorizaba a algunos de estos, como era el caso del Central Barahona, a utilizar más agua de la contenida en algunos ríos. Pero como se sabe el recurso más afectador por la presencia de la Barahona Company, fue la tierra agrícola de la Provincia y de paso los ricos bosques con que contaba la zona, además de despojar a los campesinos de Barahona de sus pequeños predios.

Para la construcción del Central Barahona, dice M. knight, miles de acres de bosques fueron sacrificados sin miramientos y aunque el ingenio pagaba algunos impuestos locales, hacían todo lo posible para corromper los gobiernos municipales. En Barahona, dice él, “las grandes sumas gastadas han dejado pocas huellas de mejoras publicas”. (knight, pag.149)

Un testimonio fundamental para entender lo que estaba pasando en Barahona con sus recursos naturales, es el de Federico Ellis Cambiaso. De acuerdo a Ellis Cambiaso, en un folleto que escribió en 1922 bajo el tituló de Los Cuatro Monstruos de la Anexión y por cuya publicación fue juzgado por el Gobierno Militar y condenado a seis meses de prisión, el Barahona Sugar Company era una corporación de funestas consecuencias para nuestro país, “razón de la sinrazón del Plan de Validación, hija legitima y directa de uno de los úkases imperialistas del Gobierno Militar americano en Santo Domingo (…), a cuya siniestra sombra se promulgó una le sobre tierras, esto es, una ley para expropiar tierras, constituye los cimientos, la armazón, la primera piedra del edificio que se llama: la anexión de Santo Domingo a los plutócratas de Wall Street”. “

“He aquí, la estratagema de la Barahona Company: dos ciudadanos norteamericanos solicitaron y les fueron concedidos los derechos exclusivos del usufructo de las aguas del Yaque del Sur (a uno, los de la margen derecha y al otro, los de la margen izquierda). Una vez obtenida esta concesión, empezaron a cercar la casi totalidad de las tierras de la Provincia de Barahona, en virtud de la consabida ley Marcial de tierras, votada por el Gobierno criminal de los Estados Unidos, esto es, la Ley creada con el propósito exclusivo y directo de servir a los intereses de Wall Street y enajenar las tierras de los indefensos y paupérrimos agricultores dominicanos”

“Estos dos sagrados ciudadanos americanos, día por día fueron extendiendo, sin la más remota noción de limites, el inmenso y caprichoso perímetro de sus cercas…Establecieron una feria en el Hatico (Tamayo, A.P.), en los alrededores de la ciudad de Barahona, con el fin de que cuando los agricultores dominicanos fueran a vender sus productos, dentro del perímetro de Wall Street, esto es, dentro de las propias tierras de los desdichados campesinos dominicanos, los representativos del imperio no les compraran y sólo les apuntaran que el sitio en donde podían hacerlo eran en la feria del Hatico. Allí acudían estos infelices dominicanos y vendían sus frutos en totalidad…Mas, cuando estos infortunados regresaban a sus hogares, sin amparo ni protección, encontraban la entrada prohibida por los mismos yankees: estos necesitan a todo trance la salida de aquellos, pero no su reingreso: de esta suerte, poco a poco, fueron saneando las tierras adquiridas a tan buen precio.”

“Los desgraciados terratenientes dominicanos acudieron a la autoridad correspondiente, en solicitud de apoyo que en puridad les asistía, pero sus quejas no fueron escuchadas, sus quejas no tuvieron eco en la autoridad dominicana. Que ironía tan cruel y dolorosa!....Las autoridades dominicanas, famélicas y cobardes, eunucos y serviles, no podían asumir –imposible! Tan grave responsabilidad: la responsabilidad de producir justicia a favor de los desvalidos dominicanos- sus hermanos-contra las bayonetas imperialistas de sus amos. Es que aquella tenían en sus pechos toda la horripilante traición de Judas Iscariote y nada, ni un sólo átomo de la fe y el convencimiento del divino Galileo. Mas. (…), como los terratenientes dominicanos, (…), abrigaban la esperanza de encontrar el Dios de la justicia (…), se dirigieron a estos (los ocupantes americanos,. A.P.), en solicitud de protección, más, que justicia podía existir en contra de los intereses de Wall Street, cuando la misma Casa Blanca está a merced de los caprichos y maquinaciones de los potentados y Señores del mundo?

“Los reclamantes de sus derechos sólo oyeron palabras de insolencia y amenazas brutales, algunos perdieron su libertad, so pretexto de irreverencia a los omnipotentes y despiadadas autoridades y hasta se rumora, con insistentes visos de verdad, que algunos han desaparecidos…En dónde están esos pobres campesinos aventados de la Provincia de Barahona, cuyo único delito ha sido el de reclamar lo que les pertenecía?...Por ventura, se habrán corrido llenos de espanto y temor hacia parajes remotos para ocultarse de la ira de la Bestia Apocalíptica?... Yacerán sus despojos en las entrañas del mismo suelo que le fue arrebatado por la codicia desenfrenada del poderoso invasor? …Sólo Dios lo sabe…(Rodolfo Ellis Cambiaso. Los cuatro monstruos de la Anexión. Santo Domingo, Imprenta Montalvo, 1922, pags. 12-14).

Los cuatro monstruos los eran Horacio Vásquez, Federico Velázquez, Elisa Brache hijo y Francisco J. Peynado, firmantes del entendido de evacuación de 1922.

La codicia denunciada valientemente por Ellis Cambiaso sobrepasaba los límites de Barahona y se vinculaba directamente con los intereses del Gobierno Militar Americano y de los propios Estados Unidos.

Cuando en 1922 se discutió y firmó en Washington el Entendido de Evacuación de la Republica Dominicana, los firmantes dominicanos, los cuatro monstruos, aceptaron reconocer la validez de las Ordenes y Resoluciones Ejecutivas promulgadas por el Gobierno Militar, que establecieran rentas, autorizado erogaciones o creado derechos a favor de terceros (Al Pueblo Dominicano. Documento puesto a circular por los firmantes para explicar y justificar el porque actuaron de ese modo, fechado el 23 de septiembre de 1922). De 92 Ordenes y Resoluciones Ejecutivas sobre fomento, comunicaciones y agricultura, 30 favorecían al Central Barahona Sugar Corporation.. (Op. Cit.), lo que delata la influencia que estos en las altas esferas del gobierno de los Estados Unidos y su poder económico en la Republica Dominicana...

Entre las 30 Ordenes Ejecutivas y Resoluciones que debían mantenerse vigentes, por las negociaciones para la desocupación, se encuentra la Resolución de 1921, con la que se entrega al Central Barahona e islote denominado El Cayo, por un espacio de 50 años y la que autoriza en el mismo año para que el Central utilice, siempre por 50 años el agua salada del mar.

Como hemos podido comprobar en estas breves notas, la presencia de las compañías norteamericanas en Barahona y la forma como se apropiaron de los recursos naturales de la zona, constituyen por si solas, una fuente interesante para futuras investigaciones que pueden y deben ser iniciadas por los especialistas en el campo de la historia y porque no, por los jóvenes que aquí, en las aulas de nuestra Universidad, se están formando como historiadores. Muchas Gracias.

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