Breve historia de la Glorieta del Parque Central de Barahona Parte 1

Por: Virgilio Gatreaux

El Diccionario Larousse 2003 define GLORIETA como “Plazoleta generalmente en un jardín donde suele haber un Cenador”. A su vez, CENADOR lo explica  como “espacio generalmente de planta circular que suele haber en los jardines, cercado de plantas trepadoras parras o árboles”. También se aceptan las denominaciones  quiosco y plazoleta.
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En la ciudad de Barahona su parque central ha tenido dos glorietas, las cuales tuvieron gran repercusión social pues a partir de la edificación de ambas, se catapultaron diferentes actividades de tipo social y  cultural. Su estructura elevada de seguro sirvió de base para pronunciamientos políticos, discursos y asambleas de diferente naturaleza. Sin embargo, su uso más cotidiano eran los conciertos de la banda de música. Los clubes culturales y otras asociaciones recreativas, hacían uso frecuente de estas instalaciones.


Primera Glorieta

La historia de la primera glorieta de Barahona se remonta a finales del siglo antepasado, cuando sus autoridades se empeñan en promover lo que podría definirse como el área de “en desarrollo” de la ciudad, ubicada alrededor del Parque Central. Con esta filosofía en mente, en la Sesión de la Sala Capitular de fecha 27 de Diciembre de 1893,  el Tesorero Municipal-Santiago Peguero-haciendo uso de la palabra pidió la autorización al Ayuntamiento para “ir aglomerando piedras y otros materiales en la plaza para formar una glorieta”. Su propuesta fue aceptada.

En una Sesión de fecha 7 de Febrero de 1894, el Presidente del Ayuntamiento, Don Lauro Tellería informó que el Vice-Presidente de la República General Wenceslao Figuereo ofrecía un ramillete con cinco faroles “y la columna de hierro llevando la inscripción de su nombre al pueblo de Barahona”.

El Ayuntamiento local en su Sesión del 21 de Febrero de 1894 acordó que en la tarde del  26 de dicho mes,  se inauguraran los faroles del alumbrado público. También en esta reunión, la Sala Capitular aprobó contribuir con Veinte pesos a la edificación de la estatua del patricio Juan Pablo Duarte en la ciudad capital.

En la Sesión efectuada por el organismo municipal el 24 de Febrero del citado año, se comisionó al Presidente de la Sala Capitular y al Sr Luis Del Monte para invitar al cura para el bautizo de la Plaza y el acto de colocación de la primera piedra donde se debe fabricar la glorieta. Por mayoría de votos, se resolvió nombrar dicha Plaza, como Parque Libertad.

Con motivo del Cincuentenario de la independencia nacional, el 27 de Febrero de 1894, se colocó la primera piedra donde se debía construir  la estructura. Este acto oficial fue encabezado por el Sr Gobernador provincial José Dolores Matos, así como por el pleno de la Sala Capitular del Ayuntamiento de la Común de Barahona, integrado por su Presidente, Lauro Tellería, el Vicepresidente, Luis del Monte, el Sr Síndico Francisco Calderón, Santiago Peguero, Tesorero y los Regidores David Sánchez, Manuel Díaz, Nicolás Lembert y  Nolasco Suero. Otros funcionarios públicos y personas de la población, estuvieron presentes en la actividad. El cura párroco local bendijo el lugar.

Ese día glorioso (27/02/1894) se realizó una retreta en la plaza Se pronunciaron discursos y se efectuó un obsequio a los músicos voluntarios actuantes. El Presidente del Cabildo y el  Tesorero distribuyeron entre los músicos actuantes y los menesterosos presentes,  la suma de 12 pesos fuertes.

Al parecer el ramillete de faroles y la columna de hierro que lo sostenía, fue colocado en una fecha posterior la cual no hemos localizado por el momento. Sin embargo, en una foto que suponemos se tomó alrededor de 1910, se observa la columna de hierro y sus faroles. En la base figura también la glorieta de entonces, la cual consistía en una plataforma redonda de cemento con una altura de unas 18-24 pulgadas.
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Doña Anita Lembert Peguero recuerda bien esta glorieta, alrededor de la cual jugaba junto a sus amiguitas de la época, antes de que fuera construida la segunda estructura en 1927. Este lugar se convirtió en el lugar preferido donde adultos, adolescentes y pequeños, realizaban diferentes actividades. 
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La importancia del parque como “polígono central” de la ciudad, motivó que las autoridades municipales ictaran un conjunto de Resoluciones para peservar el área para conferirle orden y solemnidad al lugar. De esta forma, se aprobaron normativas que prohibían el ingreso de burros y caballos, la presencia de adultos y niños descalzos, personas andrajosas, multas contra la rotura de bombillas, así como prácticas contra la moral y las buenas costumbres.

Posteriormente al parque el nombre se le puso el nombre del patricio  JUAN PABLO DUARTE, gloriosa denominación que fue cambiada por lambones para denomianr al parque con el nombre de la madre del tirano Trujillo. En 1961 con la destrujillización se cambió el nombre y en lugar de restaurar la plaza con el nombre del Padre de la Patria, se le denominó PARQUE CENTRAL.

Nuestra Sala Capitular debiera aprovechar que el pueblo dominicano está celebrando del BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL PADRE DE LA PATRIA, JUAN PABLO DUARTE y colocar nuevamente su glorioso nombre a este parque.
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Segunda Glorieta

La década de los años veinte fue de gran florecimiento económico y social para Barahona y sus comunidades. A partir de 1921 con la terminación de gran parte de las obras del ingenio azucarero, comienzan a radicarse en la ciudad numerosos contingentes de norteamericanos, cubanos, puertorriqueños, isleños, así como muchos dominicanos que del resto del país fueron a Barahona en búsqueda de mejor suerte. Estas personas y sus familias dieron un impulso a la cultura, las habilidades, el conocimiento y las formas de transmitir el conocimiento, sobre la comunidad barahonera.

En esa década llega a Barahona el acueducto, la energía eléctrica, el ferrocarril,  el teléfono, el transporte aéreo, la expansión urbana y el automóvil.  Se expande la producción agropecuaria para atender la gran masa de consumidores asalariados. Crece la producción de café, aumenta el corte de madera, surgen medianas y pequeñas industrias, florecen numerosos negocios; también surgen oficinas de corresponsales comerciales y representaciones consulares (España, Haití y  Dinamarca). El National City Bank, instala una sucursal en Barahona. Se construye una gran panadería, una bodega para atender la demanda de los gerentes extranjeros, donde también adquirían mercancías importadas los técnicos y funcionarios de alto nivel, así como las personas pudientes de la ciudad de Barahona.
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La expansión de las actividades económicas en todo el valle de Neyba y en las zonas cafetaleras, incentiva la construcción de una serie de caminos vecinales, así como el inicio de la importante carretera Barahona-Azua en 1927. Desde inicios de los años veinte, una vía secundaria conectaba las provincias de Barahona con San Juan. El muelle fue reforzado ante el incremento del flujo comercial.
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El hospital del central azucarero contrata prestigiosos médicos dominicanos, a la vez que otros galenos se instalan en la ciudad pues la masa de potenciales clientes aumenta simultáneamente con la expansión de las actividades económicas. Aumenta el  número de farmacias y de odontólogos. Muchos de cuyos Las necesidades del modelo de crecimiento exigen la capacitación de la mano de obra local, razón por la cual surgen por doquier centros educativos profesores son contratados de otras partes del país (Santo Domingo, Azua, La Vega, etc).

En este decenio se forman diversas asociaciones culturales y recreativas.  Pujantes jóvenes barahoneros cultivan la música y la poseía. También invitan conferencistas e intérpretes musicales de prestigio. De toda esta dinámica educativa y cultural, surge un conjunto de intelectuales y artistas que incursionaron en varios géneros. Algunos descollaron fuera del país convirtiéndose en artistas de fama mundial (María Montéz).

Las autoridades locales observando los beneficios derivados del trazado urbano del Batey Central y el ordenamiento territorial de sus actividades, dictan una serie de Resoluciones,  ordenanzas y declaración de utilidad pública de viviendas para su destrucción con el propósito de prolongar varias calles de la ciudad. Una serie de actividades son reguladas para evitar el deterioro de las vías. Un “sector moderno” comienza a desarrollarse en la zona comprendida entre el parque y la calle Colón. Muchos empresarios de la localidad adquieren solares en dicha área, generalizándose en esta parte de la ciudad, las construcciones de blocks.

Es en este marco de realizaciones urbanísticas y desarrollo económico en la década citada,  que el empresario cafetalero Luis del Monte  mediante una  comunicación dirigida al cabildo de Barahona le manifiesta que “con el propósito de contribuir al ornato de la población, desea que se le otorgue el derecho de fabricar con sus propios recursos y bajo la supervigilancia de quien designe el Ayuntamiento, una glorieta en el centro del parque”.

En respuesta a dicha solicitud, la Sala Capitular en su Sesión de fecha 4 de Febrero de 1927 resolvió concederle el permiso que solicitaba  y significarle que teniendo el Municipio el deseo de tener un lugar propio para montar un reloj público en un punto, el más céntrico posible en esta población, ha comisionado a sus Regidores Alcibíades Alburquerque, Nicolás Ruiz y su Síndico Trajano Ignacio Potentini, “para cambiar impresiones con él y ver si es posible el colocarlo en la cúspide de dicha glorieta”

En la Sesión del Ayuntamiento celebrada el 31 de Marzo de 1927, se da lectura a una carta del Sr Luis del Monte en la que informa que los albañiles “le han dicho que no podía ponerse el reloj arriba de la glorieta”. En respuesta,  las autoridades edilicias resolvieron autorizar la construcción de la obra como fue concebida originalmente. El Señor Lucas Espinal mediante una comunicación dirigida al Ayuntamiento en Agosto de 1927 le propone que ante los avances de la construcción de la glorieta se escoja como su fecha de inauguración el 24 de Septiembre de dicho año “por ser una fecha que trae memoria de la venerada imagen de nuestra Sra de las Mercedes, Patrona amada de la República Dominicana”. En Sesión celebrada el 23 de Agosto el Cabildo resolvió contestarle que “unos días antes de la terminación de dicha obra, el Ayuntamiento resolverá la publicación de un  programa para celebrar la inauguración de esa obra”.

El Listín Diario publica el Jueves 13 de Octubre de 1927 una información redactada por su corresponsal en Barahona, donde dice lo siguiente:

“Vemos con inmensa alegría que ya se destaca en el centro de nuestro hermoso parque central el kiosco o glorieta, que como sabrán nuestros lectores, es un obsequio del altruista caballero hacendado Don Luis E. Delmonte y construida por el inmejorable constructor señor Julio Beltrán. No sabemos ciertamente el día de su inauguración pero creemos que estamos próximo; será un gran acontecimiento para el pueblo de Barahona porque será un engrandecimiento al realce de la belleza que luce el centro de la ciudad”.

El Sr Julio Beltrán era de los contratistas que estaban construyendo la carretera Barahona-Azua en 1927, por disposición del Presidente Horacio Vásquez.

En un reportaje suscrito por el corresponsal local del Listín Diario  fechado el  20 de Octubre de 1927, informa que “ha sido resuelta la inauguración de la glorieta del parque para la llegada del caballero Don Luis E. Delmonte, considerado así más oportuno por el Honorable Ayuntamiento y que estará a cargo del amigo Don Lucas Espinal. Creemos justo lo resuelto”.

En su Sesión de fecha 4 de Noviembre la Sala Capitular tuvo conocimiento de una carta del Sr Luis Del Monte mediante la cual ponía a disposición del Ayuntamiento “la glorieta que en obsequio al pueblo y con la autorización del Cabildo construyó en el parque central de esta ciudad”. Los ediles resolvieron remitirle una comunicación agradeciendo el gesto.

El Jueves 17 de Noviembre de 1927 en el Listín Diario se inserta un excelente resumen del Banquete-homenaje que se realizó en honor al empresario Luis Del Monte en agradecimiento por su donación de la glorieta.

A partir de la inauguración de esta imponente obra, el Ayuntamiento de Barahona se empeñó en transformar el parque para hacer del lugar una verdadera plaza de esparcimiento de la población. De esta forma, el Parque Duarte-su nombre oficial-fue sometido a diferentes remodelaciones que incluyeron sucesivas pavimentaciones, construcción de jardineras, soterrado de cables eléctricos, postes labrados de cemento con hermosas bombillas, así como la colocación de tuberías para regar el césped y árboles. Estimulados por estas acciones municipales, empresarios locales donaban con regularidad bancos.

Las autoridades municipales se propusieron también mejorar sustancialmente todo el entorno al Parque, para lo cual promulgaron una serie de Resoluciones en materia de ornato y desarrollo urbano. En los años siguientes a la inauguración de la glorieta, se reconstruyeron las calles del centro de la ciudad, se construyó el Palacio Municipal, se instaló el reloj público, la cárcel pública-ubicada frente al parque-fue trasladada a un nuevo local. También se construyó un canal de desague para eliminar las inundaciones que afectaban la calle Enriquillo [hoy Nuestra Señora del Rosario].

La glorieta desde su inauguración se convirtió de inmediato en un verdadero centro social. El parque arbolado y sus bancos por doquier, atraían a personas de todas las edades. La muchachada se dedicaba a brincar y correr; los adultos a conversar y la lectura…..y los jóvenes, a enamorarse !!!!!!

Al parecer la glorieta “vieja” por-disposición municipal-fue trasladada al PARQUE GUAROCUYA, mejor conocido como PARQUE DE LOS SUEROS.
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La actividad más popular que se realizaba en la glorieta del parque central, eran los conciertos de los domingos. Ese día, desde finales de la década de los años cuarenta, niños y adolescentes acudían  bulliciosamente a los cines UNIÓN, ERCILIA y BAHORUCO a ver las películas del  Matiné, el cual se iniciaba generalmente a las 5 de la tarde. Tan pronto se terminaba la función, a las 7 de la noche,  la muchachada “se tiraba” al parque y comenzaban una serie de juegos de vaqueros contra indios, bandidos contra policías. También habían piratas, hombres del espacio (Flash Gordon), gente de la selva (Jim) y  ocasionalmente aparecía un Drácula o un Frankestein. Asimismo, abundaban los “Llaneros Solitarios”, Durango Kid, Tarzán y Superman.

Mientras los muchachos “se calentaban” con estos juegos, la Banda de Música salía de su local frente a la iglesia vieja y con una marcha musical se dirigía hacia la glorieta. Cuando los presentes en el parque se percataban que los músicos se aproximaban, todos se alegraban y la emoción subía al límite.

Ya en la glorieta los músicos “entonaban” algunas notas para afinar sus instrumentos. De repente se iniciaba el himno nacional y parecía que un rayo había caído paralizándolo todo. Cundía el silencio. Todo el mundo miraba hacia la glorieta con fervor y recogimiento. Tan pronto concluía el canto patrio, la banda de música entonaba danzones y música suave. Más adelante había un receso y luego continuaba el concierto. A las 9 y media de la noche, venía otra cascada de emoción pues se tocaba un rumboso merengue de despedida y todo el mundo se ponía a bailar. Luego, para cerrar, nuevamente el himno.

Algo que siempre cautivó a los niños y adolescentes era la inscripción que en letras uniformes está colocada en la cúpula de la glorieta: LUIS E. DELMONTE-AL PARQUE DE BARAHONA-MCMXXVII
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La glorieta como estructura central, social y recreativa fue utilizada en algunas ocasiones para el montaje de espectáculos y actividades políticas, a pesar de que existían disposiciones que las prohibían. En efecto, en el año 1960 se apareció en Barahona un señor que bailaría 100 horas consecutivas en la glorieta en  “apoyo” a una nueva postulación del tirano Trujillo. Barahoneros pendencieros se levantaban en horas de la madrugada para ver si el hombre estaba bailando!!!
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Años después se presentó en la glorieta un sujeto que bailaba sobre una botella mientras en su cabeza tenía colocado un huacal con botellas vacías. Posteriormente, un ciclista extranjero (tal vez boliviano o peruano) se mantuvo durante 100 horas dándole vueltas a la glorieta. Al final de su jornada-corriendo-le dio tres vueltas, entre los aplausos del público.

También en la glorieta se llevaron a cabo jornadas de boxeo, donde KID LELELE (hermano del fotógrafo Cheo Terrero), combatía valientemente.

Como estructura central de la ciudad, la glorieta era el “punto natural” de encuentro para aquellos que participarían en desfiles escolares o políticos. De igual modo, era el destino final de los recorridos. En los días de fiesta era frecuente que en sus alrededores se tiraran fuegos artificiales.
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Con la expansión de la ciudad y el surgimiento de otras áreas recreativas, comienza a declinar la glorieta como punto de referencia para la realización  de actividades sociales. Con la decapitación de la tiranía, mejoran los salarios y se crean nuevos empleos, cambiando la situación de mucha gente. Aquellos que sólo se “divertían” en áreas públicas y actos oficiales, se convierten en consumidores activos. En este contexto, surgen también nuevas modalidades de diversión. El amplio malecón, una serie de bares y restaurantes, así como numerosos salones de reuniones, se convirtieron con el paso de los años, en “sustitutos naturales” de la estructura.

La construcción de la glorieta original tomó aproximadamente ocho meses. Sin embargo, unos trabajos de remodelación que actualmente se ejecutan, llevan un tiempo bastante largo. No es posible que reparar la estructura tome casi el mismo tiempo que su construcción.

En la actualidad la glorieta no tiene el magnetismo de antaño. Fue el ícono de una época y de algunas generaciones de barahoneros. Hoy, sus glorias de antaño, son sólo un recuerdo.

Hay miles de historias sobre nuestra glorieta. Ésta, es sólo una de ellas!!!

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