Breve historia de la Glorieta del Parque Central, PARTE II, Barahona


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Por: Virgilio Gatreaux
 Tomado de: larimarmagazine.com
La Segunda Glorieta
La década de los años veinte fue de gran florecimiento económico y social para Barahona y sus comunidades. A partir de 1921 con la terminación de gran parte de las obras del ingenio azucarero, comienzan a radicarse en la ciudad numerosos contingentes de norteamericanos, cubanos, puertorriqueños, isleños, así como muchos dominicanos que del resto del país fueron a Barahona en búsqueda de mejor suerte. Estas personas y sus familias dieron un impulso a la cultura, las habilidades, el conocimiento y las formas de transmitir el conocimiento, sobre la comunidad barahonera.

En esa década llega a Barahona el acueducto, la energía eléctrica, el ferrocarril,  el teléfono, el transporte aéreo, la expansión urbana y el automóvil.  Se expande la producción agropecuaria para atender la gran masa de consumidores asalariados. Crece la producción de café, aumenta el corte de madera, surgen medianas y pequeñas industrias, florecen numerosos negocios; también surgen oficinas de corresponsales comerciales y representaciones consulares (España, Haití y  Dinamarca). El National City Bank, instala una sucursal en Barahona. Se construye una gran panadería, una bodega para atender la demanda de los gerentes extranjeros, donde también adquirían mercancías importadas los técnicos y funcionarios de alto nivel, así como las personas pudientes de la ciudad de Barahona.
La expansión de las actividades económicas en todo el valle de Neyba y en las zonas cafetaleras, incentiva la construcción de una serie de caminos vecinales, así como el inicio de la importante carretera Barahona-Azua en 1927. Desde inicios de los años veinte, una vía secundaria conectaba las provincias de Barahona con San Juan. El muelle fue reforzado ante el incremento del flujo comercial.
El hospital del central azucarero contrata prestigiosos médicos dominicanos, a la vez que otros galenos se instalan en la ciudad pues la masa de potenciales clientes aumenta simultáneamente con la expansión de las actividades económicas. Aumenta el  número de farmacias y de odontólogos. Muchos de cuyos Las necesidades del modelo de crecimiento exigen la capacitación de la mano de obra local, razón por la cual surgen por doquier centros educativos profesores son contratados de otras partes del país (Santo Domingo, Azua, La Vega, etc).
En este decenio se forman diversas asociaciones culturales y recreativas.  Pujantes jóvenes barahoneros cultivan la música y la poseía. También invitan conferencistas e intérpretes musicales de prestigio. De toda esta dinámica educativa y cultural, surge un conjunto de intelectuales y artistas que incursionaron en varios géneros. Algunos descollaron fuera del país convirtiéndose en artistas de fama mundial (María Montéz).
Las autoridades locales observando los beneficios derivados del trazado urbano del Batey Central y el ordenamiento territorial de sus actividades, dictan una serie de Resoluciones,  ordenanzas y declaración de utilidad pública de viviendas para su destrucción con el propósito de prolongar varias calles de la ciudad. Una serie de actividades son reguladas para evitar el deterioro de las vías. Un “sector moderno” comienza a desarrollarse en la zona comprendida entre el parque y la calle Colón. Muchos empresarios de la localidad adquieren solares en dicha área, generalizándose en esta parte de la ciudad, las construcciones de blocks.
Es en este marco de realizaciones urbanísticas y desarrollo económico en la década citada,  que el empresario cafetalero Luis del Monte  mediante una  comunicación dirigida al cabildo de Barahona le manifiesta que “con el propósito de contribuir al ornato de la población, desea que se le otorgue el derecho de fabricar con sus propios recursos y bajo la supervigilancia de quien designe el Ayuntamiento, una glorieta en el centro del parque”.
En respuesta a dicha solicitud, la Sala Capitular en su Sesión de fecha 4 de Febrero de 1927 resolvió concederle el permiso que solicitaba  y significarle que teniendo el Municipio el deseo de tener un lugar propio para montar un reloj público en un punto, el más céntrico posible en esta población, ha comisionado a sus Regidores Alcibíades Alburquerque, Nicolás Ruiz y su Síndico Trajano Ignacio Potentini, “para cambiar impresiones con él y ver si es posible el colocarlo en la cúspide de dicha glorieta”
En la Sesión del Ayuntamiento celebrada el 31 de Marzo de 1927, se da lectura gla una carta del Sr Luis del Monte en la que informa que los albañiles “le han dicho que no podía ponerse el reloj arriba de la glorieta”. En respuesta,  las autoridades edilicias resolvieron autorizar la construcción de la obra como fue concebida originalmente. El Señor Lucas Espinal mediante una comunicación dirigida al Ayuntamiento en Agosto de 1927 le propone que ante los avances de la construcción de la glorieta se escoja como su fecha de inauguración el 24 de Septiembre de dicho año “por ser una fecha que trae memoria de la venerada imagen de nuestra Sra de las Mercedes, Patrona amada de la República Dominicana”. En Sesión celebrada el 23 de Agosto el Cabildo resolvió contestarle que “unos días antes de la terminación de dicha obra, el Ayuntamiento resolverá la publicación de un  programa para celebrar la inauguración de esa obra”.
El Listín Diario publica el Jueves 13 de Octubre de 1927 una información redactada por su corresponsal en Barahona, donde dice lo siguiente:
“Vemos con inmensa alegría que ya se destaca en el centro de nuestro hermoso parque central el kiosco o glorieta, que como sabrán nuestros lectores, es un obsequio del altruista caballero hacendado Don Luis E. Delmonte y construida por el inmejorable constructor señor Julio Beltrán. No sabemos ciertamente el día de su inauguración pero creemos que estamos próximo; será un gran acontecimiento para el pueblo de Barahona porque será un engrandecimiento al realce de la belleza que luce el centro de la ciudad”.
El Sr Julio Beltrán era de los contratistas que estaban construyendo la carretera Barahona-Azua en 1927, por disposición del Presidente Horacio Vásquez.
En un reportaje suscrito por el corresponsal local del Listín Diario  fechado el  20 de Octubre de 1927, informa que “ha sido resuelta la inauguración de la glorieta del parque para la llegada del caballero Don Luis E. Delmonte, considerado así más oportuno por el Honorable Ayuntamiento y que estará a cargo del amigo Don Lucas Espinal. Creemos justo lo resuelto”.
En su Sesión de fecha 4 de Noviembre la Sala Capitular tuvo conocimiento de una carta del Sr Luis Del Monte mediante la cual ponía a disposición del Ayuntamiento “la glorieta que en obsequio al pueblo y con la autorización del Cabildo construyó en el parque central de esta ciudad”. Los ediles resolvieron remitirle una comunicación agradeciendo el gesto.
El Jueves 17 de Noviembre de 1927 en el Listín Diario se inserta un excelente resumen del Banquete-homenaje que se realizó en honor al empresario Luis Del Monte en agradecimiento por su donación de la glorieta.
glo1A partir de la inauguración de esta imponente obra, el Ayuntamiento de Barahona se empeñó en transformar el parque para hacer del lugar una verdadera plaza de esparcimiento de la población. De esta forma, el Parque Duarte-su nombre oficial-fue sometido a diferentes remodelaciones que incluyeron sucesivas pavimentaciones, construcción de jardineras, soterrado de cables eléctricos, postes labrados de cemento con hermosas bombillas, así como la colocación de tuberías para regar el césped y árboles. Estimulados por estas acciones municipales, empresarios locales donaban con regularidad bancos.
Las autoridades municipales se propusieron también mejorar sustancialmente todo el entorno al Parque, para lo cual promulgaron una serie de Resoluciones en materia de ornato y desarrollo urbano. En los años siguientes a la inauguración de la glorieta, se reconstruyeron las calles del centro de la ciudad, se construyó el Palacio Municipal, se instaló el reloj público, la cárcel pública-ubicada frente al parque-fue trasladada a un nuevo local. También se construyó un canal de desague para eliminar las inundaciones que afectaban la calle Enriquillo [hoy Nuestra Señora del Rosario].

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