Debido a la ubicación de dos parques nacionales dentro de sus límites provinciales, Pedernales conserva el 70 porciento de su territorio virgen, con poca o nula interacción humana.
Fuente: Listindiario
Pedernales.- Manuel del Cabral definía así la poesía: “Un agua pura, tan limpia que da trabajo mirarla”. Me tomaré prestados esos versos para describir la sensación primera de descubrir las inverosímiles playas de Pedernales. En la frontera final de República Dominicana, en el último rincón donde Duarte, Sánchez y Mella todavía son héroes.
En ese denominado remanso de paz, se
encuentran espectáculos acuáticos, nombre apenas apropiado para definir
la biodiversidad, belleza e importancia de las reservas acuáticas de la
provincia más virgen que podamos conservar.
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Visitar Bahía de las
Águilas es toda una aventura. No solo por la distancia considerable y el
peculiar estado de su carretera de acceso desde Barahona y poblados
subsiguientes. Tampoco por la particular pendiente de su acceso
terrestre o la travesía de su acceso marítimo.
La aventura empieza en la carretera Aceitillar- Cabo Rojo, vía de acceso a la costa pedernalense. Como su nombre lo indica, la primera parada es la playa Cabo Rojo, blanca y transparente, virgen de cemento y blocks, de nada incluido: solo mar, sol, arenas blanquísimas, caracoles, y la flora y la fauna características de la zona.
Oviedo no es un simple municipio de la costa pedernalense. Dentro esconde la laguna de Oviedo, ese ojo de agua salada separado del mar por una franja de arena, que ocupa una superficie de 24 kilómetros cuadrados, tres kilómetros de longitud y 0.9 metros de profundidad promedio.
Esa masa verde ondeante sustenta su valía en la variedad de especies de aves acuáticas que hacen vida y/o pasan temporadas en sus aguas y en cualesquiera de sus 24 cayos, la iguana rinoceronte (común en todo el Parque Nacional Jaragua, incluyendo Bahía de las Águilas), manglares, plantas halófitas, las impresionantes vistas panorámicas y su ubicación justo al mismo nivel del mar.
MÁS DE ESTOS TESOROS NATURALES
NOMBRE: Bahía de las Águilas debe su nombre a la forma de águila que se aprecia en su vista desde el cielo. Las “alas” están formadas por las playas Bahía de las Águilas y Cabo Rojo.
PELIGRO: La mayoría de la fauna marina, terrestre y avícola de Bahía de las Águilas se encuentra en peligro de extinción, y su preservación concita esfuerzos nacionales e internacionales.
VIRGINIDAD: Debido a la ubicación de dos parques nacionales dentro de sus límites provinciales, Pedernales conserva el 70 por ciento de su territorio virgen.
AVES: Es característica de la laguna encontrar en sus cayos pelícanos, garzas, palomas, flamencos, gaviotas, entre otras aves que dan colorido al paisaje salado de la laguna.
PIEDRAS: Una de las rutas de visita de la laguna de Oviedo incluye la observación de petroglifos, formación arqueológica interesante en este retazo de mar que huye de la costa.
ESFUERZO: El Clúster de Turismo Sostenible de la Provincia de Pedernales se esfuerza por desarrollar el ecoturismo, manteniendo las cualidades de sus espacios naturales para propulsar la economía de las comunidades cercanas
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| La laguna de Oviedo, ojo de agua salada separado del mar por una franja de arena. | José Bueno |
La aventura empieza en la carretera Aceitillar- Cabo Rojo, vía de acceso a la costa pedernalense. Como su nombre lo indica, la primera parada es la playa Cabo Rojo, blanca y transparente, virgen de cemento y blocks, de nada incluido: solo mar, sol, arenas blanquísimas, caracoles, y la flora y la fauna características de la zona.
Otro “descubrimiento”
Abandonas este paraíso por otro ya prometido y antes de la ruta marítima debes superar el obstáculo singular que constituye La Cueva, una pequeña comunidad que vive de la pesca y de llevar a turistas y visitantes al siguiente descubrimiento. Unos veinte minutos de olas azules turquesa, formaciones rocosas espectaculares, la brisa viva del mar y su sal, y se abre ante tu vista: kilómetros de playa virgen, la belleza de la nada, la blancura dolorosa de la arena tocada por el sol, la transparencia inverosímil de sus aguas.
Abandonas este paraíso por otro ya prometido y antes de la ruta marítima debes superar el obstáculo singular que constituye La Cueva, una pequeña comunidad que vive de la pesca y de llevar a turistas y visitantes al siguiente descubrimiento. Unos veinte minutos de olas azules turquesa, formaciones rocosas espectaculares, la brisa viva del mar y su sal, y se abre ante tu vista: kilómetros de playa virgen, la belleza de la nada, la blancura dolorosa de la arena tocada por el sol, la transparencia inverosímil de sus aguas.
Apenas una construcción en cana y
madera para almorzar y protegerse de insolaciones. Un mirador en iguales
materiales para perder la vista en la bahía. Un embarcadero para los
botes que transportan hasta allá. Después, la nada.
Bahía de las
Águilas rompe los esquemas de transparencia acuática y belleza de
cualquier vista. Y la razón de esta belleza radica en esa virginidad de
construcciones y gente. Nadie habita el entorno, mucho menos hace vida
comercial. Las pocas incursiones humanas se limitan a los visitantes y
la pequeña tripulación de las embarcaciones de transporte. La belleza de
la soledad frente al mar, aquí es posible.Oviedo no es un simple municipio de la costa pedernalense. Dentro esconde la laguna de Oviedo, ese ojo de agua salada separado del mar por una franja de arena, que ocupa una superficie de 24 kilómetros cuadrados, tres kilómetros de longitud y 0.9 metros de profundidad promedio.
Esa masa verde ondeante sustenta su valía en la variedad de especies de aves acuáticas que hacen vida y/o pasan temporadas en sus aguas y en cualesquiera de sus 24 cayos, la iguana rinoceronte (común en todo el Parque Nacional Jaragua, incluyendo Bahía de las Águilas), manglares, plantas halófitas, las impresionantes vistas panorámicas y su ubicación justo al mismo nivel del mar.
MÁS DE ESTOS TESOROS NATURALES
NOMBRE: Bahía de las Águilas debe su nombre a la forma de águila que se aprecia en su vista desde el cielo. Las “alas” están formadas por las playas Bahía de las Águilas y Cabo Rojo.
PELIGRO: La mayoría de la fauna marina, terrestre y avícola de Bahía de las Águilas se encuentra en peligro de extinción, y su preservación concita esfuerzos nacionales e internacionales.
VIRGINIDAD: Debido a la ubicación de dos parques nacionales dentro de sus límites provinciales, Pedernales conserva el 70 por ciento de su territorio virgen.
AVES: Es característica de la laguna encontrar en sus cayos pelícanos, garzas, palomas, flamencos, gaviotas, entre otras aves que dan colorido al paisaje salado de la laguna.
PIEDRAS: Una de las rutas de visita de la laguna de Oviedo incluye la observación de petroglifos, formación arqueológica interesante en este retazo de mar que huye de la costa.
ESFUERZO: El Clúster de Turismo Sostenible de la Provincia de Pedernales se esfuerza por desarrollar el ecoturismo, manteniendo las cualidades de sus espacios naturales para propulsar la economía de las comunidades cercanas
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