El vicepresidente de la Fundación Punta Cana, Jake Kheel, denunció
ayer que alrededor del lago Enriquillo y en el bosque seco de esa zona
hay una producción de carbón casi industrial -a gran escala- controlada y
manejada por dominicanos.En una investigación que realizó Kheel (entre
2011 y finales de 2015) y sobre la cual se elaboró una película,
determinó que “esa producción de carbón cuenta con permisos
medioambientales por parte del Ministerio de Medio Ambiente y que ese
carbón se está autorizando para exportación a países desarrollados como
un producto de lujo para el barbecue”.
En su disertación en el Almuerzo Mensual de la Cámara Americana de Comercio (AMCHAMDR) aseguró que conoce un caso en el que un solo productor de carbón (eso lo vio en el tiempo que duró la investigación) obtuvo un permiso medioambiental para cortar 257,000 árboles por año. Dijo que según cifras obtenidas en las Aduanas de EE.UU. se ha comprobado que ese país tiene grandes importadores de carbón y una de las naciones de donde se realiza la mayor importación es República Dominicana, comparados con Canadá y Brasil. “Son países grandes, con grandes extensiones, sin embargo, los están comparando con una isla pequeña que comparte su territorio con una de las áreas más deforestadas del mundo, que es Haití”, resaltó Kheel.
La conferencia donde tocó el tema se denominó “Muerto por mil cortes: El colapso callado de los bosques de la Española”. La actividad se realizó en el Hotel Jaragua, de la capital. “No solo es un problema el hecho de que se está exportando, sino que ahora los mismos guardabosques, que se supone están para cuidar que no haya carbón ilegal, tienen que cuidar y monitorear el carbón autorizado. Sabemos cómo operan muchas de las área protegidas y que los guardabosques viven en situación crítica y falta de recursos y de combustibles, de vehículos y de herramientas y ahora tienen otra responsabilidad, que hace que se les complique el control del carbón ilegal”, apuntó el expositor.
Dijo que por la forma ilegal e informal como opera el negocio de carbón, en perjuicio de la foresta, es difícil manejar cifras generales sobre la cuestión de manera científica. Informó que hay un nuevo proyecto desde Haití para calcular la producción global de carbón y lo que envuelve su tráfico. Aseguró que después de Jimaní (provincia Independencia) hay un gran mercado del lado haitiano. “Es difícil de calcular. Es como si quisiéramos calcular la cantidad de droga que se trafica. Algo que es contrabando es difícil de calcular con certeza”, sostuvo.
“En República Dominicana la producción y comercialización de carbón es ilegal y no se permite a menos que haya un plan de manejo de bosque y hay un sistema de manejo de esos bosques”, explicó y a la vez preguntó: ¿Se convierte algo que es ilegal en legal porque alguien da un permiso? ¿La actividad le da tantos beneficios a las personas que por eso se permite?
Planteó que si se quiere tener productos forestales (carbón, floristería, frutales y otros) como tienen otros países, entonces es necesario que exista un plan de manejo y un sistema de supervisión. “Con la película queremos impactar y llamar la atención y concientizar (…) pero también queremos motivar a la sociedad. Nosotros con el apoyo de grupos clave como el Banco Popular, Propagas y Grupo Punta Cana estamos apoyando un movimiento para lograr un cambio y tratar de influir en la política y de frenar la dejadez que está permitiendo que eso pase”, expresó Jake Kheel.
Dice que Bahoruco es un punto caliente del planeta
Jake Kheel dijo que República Dominicana está dentro del punto caliente de biodiversidad del Caribe y que la sierra de Bahoruco es uno de los puntos más calientes del planeta. “Donde hay un mercado siempre habrá quien ofrezca el producto y lo que está ocurriendo en Bahoruco es preocupante”, apuntó. Informó que de acuerdo con estimaciones, más del 80% de los haitianos utiliza carbón en sus cocinas. “Y estamos hablando de un país de 10 millones de habitantes o más”, agregó.
Quiere que el Ministerio de Medio Ambiente vea
En los fragmentos de videos que usó Kheel en la exposición de ayer (con testimonios e imágenes reales) se presentan la parte cruda del negocio y del daño a la foresta. Se presentan hornos de carbón ubicados en territorio dominicano, a unos 20 kilómetros antes de la frontera con Haití. “Los dueños de los hornos son dominicanos y los dueños del transporte son dominicanos. Desde Tierra Nueva en República Dominicana se transporta el carbón para Haití”, dice uno de los testimonios recogidos.
En su disertación en el Almuerzo Mensual de la Cámara Americana de Comercio (AMCHAMDR) aseguró que conoce un caso en el que un solo productor de carbón (eso lo vio en el tiempo que duró la investigación) obtuvo un permiso medioambiental para cortar 257,000 árboles por año. Dijo que según cifras obtenidas en las Aduanas de EE.UU. se ha comprobado que ese país tiene grandes importadores de carbón y una de las naciones de donde se realiza la mayor importación es República Dominicana, comparados con Canadá y Brasil. “Son países grandes, con grandes extensiones, sin embargo, los están comparando con una isla pequeña que comparte su territorio con una de las áreas más deforestadas del mundo, que es Haití”, resaltó Kheel.
La conferencia donde tocó el tema se denominó “Muerto por mil cortes: El colapso callado de los bosques de la Española”. La actividad se realizó en el Hotel Jaragua, de la capital. “No solo es un problema el hecho de que se está exportando, sino que ahora los mismos guardabosques, que se supone están para cuidar que no haya carbón ilegal, tienen que cuidar y monitorear el carbón autorizado. Sabemos cómo operan muchas de las área protegidas y que los guardabosques viven en situación crítica y falta de recursos y de combustibles, de vehículos y de herramientas y ahora tienen otra responsabilidad, que hace que se les complique el control del carbón ilegal”, apuntó el expositor.
Dijo que por la forma ilegal e informal como opera el negocio de carbón, en perjuicio de la foresta, es difícil manejar cifras generales sobre la cuestión de manera científica. Informó que hay un nuevo proyecto desde Haití para calcular la producción global de carbón y lo que envuelve su tráfico. Aseguró que después de Jimaní (provincia Independencia) hay un gran mercado del lado haitiano. “Es difícil de calcular. Es como si quisiéramos calcular la cantidad de droga que se trafica. Algo que es contrabando es difícil de calcular con certeza”, sostuvo.
“En República Dominicana la producción y comercialización de carbón es ilegal y no se permite a menos que haya un plan de manejo de bosque y hay un sistema de manejo de esos bosques”, explicó y a la vez preguntó: ¿Se convierte algo que es ilegal en legal porque alguien da un permiso? ¿La actividad le da tantos beneficios a las personas que por eso se permite?
Planteó que si se quiere tener productos forestales (carbón, floristería, frutales y otros) como tienen otros países, entonces es necesario que exista un plan de manejo y un sistema de supervisión. “Con la película queremos impactar y llamar la atención y concientizar (…) pero también queremos motivar a la sociedad. Nosotros con el apoyo de grupos clave como el Banco Popular, Propagas y Grupo Punta Cana estamos apoyando un movimiento para lograr un cambio y tratar de influir en la política y de frenar la dejadez que está permitiendo que eso pase”, expresó Jake Kheel.
Dice que Bahoruco es un punto caliente del planeta
Jake Kheel dijo que República Dominicana está dentro del punto caliente de biodiversidad del Caribe y que la sierra de Bahoruco es uno de los puntos más calientes del planeta. “Donde hay un mercado siempre habrá quien ofrezca el producto y lo que está ocurriendo en Bahoruco es preocupante”, apuntó. Informó que de acuerdo con estimaciones, más del 80% de los haitianos utiliza carbón en sus cocinas. “Y estamos hablando de un país de 10 millones de habitantes o más”, agregó.
Quiere que el Ministerio de Medio Ambiente vea
En los fragmentos de videos que usó Kheel en la exposición de ayer (con testimonios e imágenes reales) se presentan la parte cruda del negocio y del daño a la foresta. Se presentan hornos de carbón ubicados en territorio dominicano, a unos 20 kilómetros antes de la frontera con Haití. “Los dueños de los hornos son dominicanos y los dueños del transporte son dominicanos. Desde Tierra Nueva en República Dominicana se transporta el carbón para Haití”, dice uno de los testimonios recogidos.
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