Por: Virgilio Gautreaux P.
Intr
oducción
En los últimos 25 años del siglo XIX en Barahona y comunidades vecinas, se produce un proceso de fortalecimiento de la institucionalidad. Estos cambios se aceleran luego que el Presidente Meriño promulgara el Decreto en 1881, declarando a Barahona como Distrito Marítimo y otro más otorgando incentivos arancelarios al puerto de la ciudad.
A pesar de la convulsionada situación política del país y las frecuentes insurrecciones, un decidido grupo de hombres y mujeres apostaron a reforzar la barahoneridad, para lo cual realizaron grandes esfuerzos y sacrificios personales, a los fines de dotar a la nueva provincia de todos los instrumentos y mecanismos necesarios para fortalecer el nuevo desempeño institucional que la elevación de categoría implicaba. Al pasar revista a los primeros 40 años de vida provincial(1881-1921), fueron extraordinarios los avances logrados por nuestros antepasados, los cuales de manera desinteresada y honoraria, muchas subordinaban sus labores cotidianas y sus horas de ocio, al interés común.
El aumento de las actividades económicas ligadas a la producción de café, el corte de madera, el cacao, la extracción de sal, la producción de miel y productos de la silvicultura (macutos, serones, sogas, sillas, cera, etc), incentivaron la llegada de extranjeros que se ligaron a la producción, comercio y exportación de estos rubros. Esta dinámica fue notablemente reforzada con la instalación del ingenio Barahona. Las nuevas técnicas organizacionales y de gestión interna que implantó el consorcio azucarero, produjo importantes cambios en la gestión gubernativa y municipal de la provincia. Este proceso fue fortalecido por la participación activa de numerosos empresarios y particulares que iban a posiciones públicas a impulsar el desarrollo barahonero.
La llegada masiva de extranjeros con diversificadas capacidades, impactó positivamente una colectividad donde se expandían rápidamente su población, sus centros urbanos y sus responsabilidades. La diversificación de actividades hizo necesario elevar las capacidades de la mano de obra local y los conocimientos en materia de gestión pública de los funcionarios locales.