Tomado de: nyelbiran.com
La emergencia que en los últimos ocho años
ha confrontado el país en materia epidemiológica, alcanza niveles
dramáticos. El modelo económico tutelado por el FMI, sólo ha arrojado a
miles y miles de dominicanos a vivir sepultados en cañadas pestilentes,
orillas de ríos, lagunas, marismas
infernales, charcos putrefactos,
hediondas lagunas y casuchas destartaladas en colinas de alta pendiente.
Las ciudades dominicanas están rodeadas de cinturones de miseria con
escasa disponibilidad de agua potable.